Foto y texto: Julio Suárez Herrero.
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se llenaron mis ojos curiosos de otra tierra,
quedó atrás mi infancia ya perdida,
domingos de iglesia y tardes en la sierra.
Otras voces escucharon mis oídos
Ví otro color de piel, otras creencias,
olvidé de mi ciudad sus calles, sus sonidos,
viví feliz las nuevas experiencias.
Aprendí a mirar un horizonte más distante
a escuchar a la gente y sus problemas
a sonreír al estrechar sus manos
a vivir cada minuto, cada instante
con todos ellos al igual que hermanos.
Mi equipaje, vacío al comienzo del viaje,
repleto regresó de sentimientos,
así se inició mi nueva vida
la paz y la alegría que ahora tengo.
Las selvas tropicales y aguas cristalinas
quizá no verán mis ojos nuevamente
más ellas y las gentes que allí habitan
siempre estarán grabadas en mi mente.