Texto...Julio Suárez Herrero Julio 2022
La soledad de la quimio
Hace ya muchos años fui un día al hospital a hacerme un análisis . A la entrada me encontré con un conocido. Me miró como extrañado y preguntó: A qué has venido? Me dijo que salía de su sesión de quimioterapia. Tenía un gesto extraño, parecía ausente, moviéndose o más bien flotando en silencio como ajeno al ruido y a todos los presentes . Fue la última vez que le vi y que hablé con él. Murió poco tiempo después. A veces le recuerdo e indefectiblemente vuelvo a contemplar esa última imagen, ese postrer encuentro que tuve con su vida.
Han pasado bastantes años desde entonces. En este tiempo y debido a mi enfermedad , en cuantas ocasiones estuve en la pequeña habitación del hospital durante mis propias sesiones de quimio no pude evitar recordar de nuevo aquel encuentro. Creo que comprendí entonces el motivo de aquella mirada perdida. Una persona que le conocía me contó que durante el tiempo que duró su enfermedad antes de su muerte ,algunos de los que fueron un día sus familiares más próximos no se interesaron por él, demostrando su falta del don de la caridad.
Imagino su soledad en aquellos momentos y me siento muy feliz y afortunado cuando pienso con cuanto amor mi esposa, en mi caso, me acompañó y apretó mi mano en aquella habitación de la Clínica durante los meses en que fui yo quien recibió el tratamiento de quimio y siempre, sin prisas, estuvo a mi lado durante los días anteriores y posteriores a la operación que salvó mi vida.