Texto y fotos: Julio Suárez Herrero
Fué en la isla de Java. Visitaba el templo de Borobudur. En
un prado cercano al templo hay dos o tres grandes árboles a cuya sombra un
monje se había detenido antes de proseguir su camino.
Me acerqué a él y pidiendo a mi guía que actuara de intérprete
y, después de presentarme cortésmente, inicié una breve conversación. Antes de
terminar le pregunté qué le decidió a ser monje. Esta fué su contestación:
“En el comienzo de tu vida se presentan ante tí tres
caminos. El del Mal, el de la Indiferencia y el del Bien. Todos elegimos uno y lo recorremos con mayor o menor intensidad a lo largo de
nuestra existencia. Yo elegí el del Bien y lo he querido transmitir a las demás
personas por medio de mi condición de monje. Mira dentro de tí y piensa cual es
el camino que sigues. El camino de la Indiferencia es el más concurrido por los seres humanos. Siempre
hay unas sendas que pueden llevarte a cambiar tu ruta por la vida de un camino
a otro.”
El calor era intenso, La gente pasaba ante nosotros
protegida por sombrillas de brillantes colores.
El monje se alejaba ya hacia las escaleras que llevaban a las estupas del templo.
Un pequeño grupo de turistas llegaba en un tuk-tuk por el camino cercano.
El monje se alejaba ya hacia las escaleras que llevaban a las estupas del templo.
Un pequeño grupo de turistas llegaba en un tuk-tuk por el camino cercano.
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