Texto y foto: Julio Suárez Herrero
Cuando
recibimos una buena noticia sobre algo que nos preocupa su efecto se multiplica si viene seguido por la
generosidad de quien te demuestra su alegría y se identifica contigo.
Cuando
esto sucede sentimos el consuelo de que a nuestra inquietud por la falta de solidaridad
en algunas personas responden sin embargo los que tienen el don de los buenos
sentimientos.
Es este pues un mensaje de alegría y optimismo. Y también de
agradecimiento por poder disfrutar día a día de cuanto de bueno, generoso y
bello existe en este mundo.
Tenemos la opción de dejar de lado cuanto suponga
negativo y contemplar con serenidad desde fuera las pasiones y rencores que
mantienen ocupadas a una parte de las personas.
Hoy al despertar he visto a
través de la ventana como caía la lluvia. Quizá mañana haga un día de sol espléndido.
A lo lejos, distante de la ciudad, existen las montañas, los valles y tantos
paisajes increíblemente hermosos en países con gentes de diferentes costumbres que, al igual que aquí, poseen el tesoro de que muchos de sus habitantes creen también en
la concordia y solidaridad entre todos los habitantes de la Tierra.
Esto es lo
que realmente siento que merece la pena y aunque quizá no sea más que un
sentimiento utópico contribuye a darme más serenidad, más felicidad y mas paz.
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