Había llamado varias veces a mi amigo Magín sin obtener
respuesta. Le imaginaba allá en su pequeño pueblo costero de Galicia llenando
sus ojos con horizontes de islas y mar.
Finalmente conseguí hablar con alguien que le conoce muy
bien.
-Magín se fue un día sin avisar a nadie-me dice. Nada
sabemos de él.
Estas palabras me hicieron recordar una de las últimas
conversaciones con mi amigo.
-Algún día me iré de viaje. Estoy cansado.-me había dicho.
-Magín, -le dije- si estás cansado ¿por qué quieres viajar?
_Mi cansancio no es físico-fue su escueta respuesta.
He comprendido que Magín, al fin, ha emprendido su viaje hasta aquél lugar
llamado Utopía que yo describí en una de las entradas de este blog.
Magín, allí
encontrarás gente que te quiere con sinceridad. Haces bien en marcharte. Yo te
acompaño con mi recuerdo de amigo que estuvo siempre a tu lado cuando tu
enfermedad, sin prisas, con bondad. Tù y la persona que no espera nada a cambio
de su cariño sois lo mejor que he conocido.
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