Esta vez el viaje llevó hasta la bella ciudad de Pamplona, en Navarra. Coincidió la llegada con el día 7 de Julio, fiesta de San Fermín. Reinaba la alegría, la animación y la fuerza de la vida en la ciudad. Allí inicié la primera etapa del viaje.
Al igual que el alpinista que acomete la subida a la cima de una montaña. así inicié mi salida en un viaje de meses , pasando duras etapas en las que los continuos controles ponían a prueba la resistencia del cuerpo y del espíritu. Era un camino decisivo. Llegar con éxito a la meta significaba el triunfo de la vida. Fracasar en el viaje , acabar encontrándome con lo que todos ( o casi todos) deseamos llegue lo más tarde posible.
Al igual que el alpinista que acomete la subida a la cima de una montaña. así inicié mi salida en un viaje de meses , pasando duras etapas en las que los continuos controles ponían a prueba la resistencia del cuerpo y del espíritu. Era un camino decisivo. Llegar con éxito a la meta significaba el triunfo de la vida. Fracasar en el viaje , acabar encontrándome con lo que todos ( o casi todos) deseamos llegue lo más tarde posible.
El viaje fué durante todos esos meses un largo camino siempre sin otro destino que la ciudad de Pamplona. Al final pude alcanzar la meta felizmente. Pasaron los malos momentos de los días de lucha. La esperanza que nunca faltó de superar los obstáculos del camino se convirtió en feliz realidad.
Quiero agradecer a mi esposa, a mis amigos y a todas aquellas expertas personas de la Clínica Universitaria de Navarra en Pamplona que en todas las etapas me ayudaron y pusieron todo de su parte para que pudiera completar con éxito este mi mejor viaje: El viaje a la vida.
Quiero agradecer a mi esposa, a mis amigos y a todas aquellas expertas personas de la Clínica Universitaria de Navarra en Pamplona que en todas las etapas me ayudaron y pusieron todo de su parte para que pudiera completar con éxito este mi mejor viaje: El viaje a la vida.
No hay comentarios :
Publicar un comentario